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Prueba Opel Astra 1.4 Turbo GSI-Line: La deportividad vuelve con fuerza

Las siglas GSI vuelven a salir a la palestra con fuerza, de momento sólo como opción estética, sin embargo, pronto la marca del rayo sacará sus versiones GSI “pata negra”, que estarán destinadas a cubrir el hueco entre los modelos “convencionales” y los todopoderosos OPC (preparados por Opel Performance Center).

Monky Cars ha tenido la oportunidad de probar el nuevo Opel Astra con el paquete deportivo GSI-Line combinado con un motor 1.4 turbo de 150 caballos. Un coche con un diseño fresco y deportivo que ha conseguido devolverle el brillo que había ido perdiendo el Astra con el paso del tiempo.

EQUILIBRIO ENTRE DEPORTIVIDAD Y ELEGANCIA EN SU EXTERIOR

El diseño exterior del Astra GSI-Line es quizá lo mejor del coche, con una estética muy deportiva, pero sin llegar a ser demasiado “macarra”. Al darnos una vuelta alrededor del modelo alemán, lo que más nos va a seducir sin ninguna duda es la trasera: el GSI-Line añade un paragolpes trasero con dos hendiduras en sus extremos, donde se alojan las luces reflectantes, y que sin duda le dan mucha presencia. Los faros traseros también le quedan de maravilla, con una forma mucho más afilada que en anteriores generaciones, por lo que la estética es mucho más deportiva. Una cosa que agradecemos enormemente es que Opel no se ha apuntado (todavía) a la moda de las salidas de escape falsas, permitiendo así que unos simples embellecedores no rompan la armonía en la trasera del compacto germano.

Pasando al lateral del coche, nos llama la atención ese corte en el pilar C, que va pintado en un color negro metalizado y que le da muchísima personalidad al perfil del Astra. Además, si equipamos el pack GSI-Line, nos añadirá unas taloneras que harán que el coche vaya más cerca del asfalto, algo que a quien le gustan los coches deportivos, sin duda le pondrá una sonrisa en la cara. La unidad de pruebas que nos tocó, montaba las llantas Sport de cinco radios con una dimensión de 18 pulgadas (500 euros de sobrecoste).

La parte trasera es la parte que más cambia con el GSI-Line

Es en la parte delantera donde más nos cuesta diferenciar a un Astra GSI-Line de uno convencional. Encontramos una delantera muy Opel, con un diseño muy discreto donde destacan los embellecedores cromados. En conclusión, podemos decir que este pack deportivo le añade muchos enteros al Astra, haciéndolo mucho más fresco y juvenil. Además, combinado con el espectacular Rojo Rubí con el que iba pintada nuestra unidad, se convertía en diana de todas las miradas, porque a todos los que nos apasionan este mundo lo sabemos: uno de los grandes placeres de la vida es que se queden mirando nuestro coche.

INTERIOR SENCILLO PERO BIEN RESUELTO

El interior del Astra destaca por su discreción. Llama la atención un gran embellecedor de plástico que recorre todo el salpicadero y que en el caso del GSI-Line, va imprimado con una pintura negra brillante que va muy en consonancia con el aspecto exterior tan deportivo que ofrece el Astra. La consola central va presidida por la pantalla táctil de 8 pulgadas, a la que cuesta un poco acostumbrarse al principio, pero que una vez que lo hacemos, nos resultará realmente cómoda.

El interior del Astra cuenta con unos acabados muy correctos

Hay una buena cantidad de botones, sin embargo, todos son de fácil manejo, por lo que no es el típico interior en el que nos quedamos media hora mirando a la consola central con cara de póker y pensando donde ponemos los warning.

El puesto de conducción es excelente, presidido por un volante de tres radios específico del GSI, que tiene un diseño muy bonito y deportivo (achatado en su parte baja y con protuberancias en sus laterales para un mayor agarre). La instrumentación es muy clásica, con dos relojes analógicos y un display en el centro en el que podemos consultar todos los parámetros del coche.

El volante específico del paquete GSI-Line le da un toque muy deportivo al interior

BUENA CALIDAD GENERAL

En general, la calidad de materiales que encontramos en el interior del Astra GSI-Line es excelente. El tacto de los materiales del salpicadero es muy bueno, con unos plásticos de tacto blando muy agradables al tacto. Lo mismo pasa con el volante, que va forrado en cuero normal y perforado, consiguiendo que el conductor adquiera un feeling instantáneo con él.

Otra de las cosas que más nos ha llamado la atención son los asientos que equipaba nuestra unidad de pruebas, forrados con una inmaculada capa de cuero perforada de color negro (1600 euros) que le sentaba realmente bien. Además, el coche iba equipado con asientos calefactables tanto delante como detrás, así como también el volante. También le dan una apariencia muy deportiva la existencia de pespuntes de color blanco por todo el habitáculo.

Los asientos de cuero perforado que montaba nuestra unidad eran excelentes

Para continuar con los guiños a la deportividad, Opel le ha montado al Astra unos pedales de aluminio y una palanca de cambios con inserciones metálicas y forrada también en un cuero con una muy buena presencia.

Si hay que ponerle alguna pega al interior es el material con el que está hecho el túnel de transmisión: un plástico duro que desentona completamente con el resto del habitáculo y al que se le notan incluso algunos rallajos del uso (teniendo el coche menos de 6 meses). Lo mismo pasa con el botón de accionamiento del freno de mano electrónico, que tiene un tacto más próximo a un coche de juguete que a uno real.

El espacio en las plazas traseras no es demasiado amplio pero más que suficiente para que cuatro personas vayan cómodas

BUEN CHASIS, MOTOR REGULAR

La unidad de pruebas con la que contamos para la prueba iba equipada con el motor 1.4 Turbo, que desarrolla 150 caballos. Si tenemos que definir este motor con un adjetivo, quizá el más indicado sea VAGO. No se preocupen, lo justificamos: para ciudad y carretera es un motor que se comporta de una manera muy correcta, ya que es muy progresivo y suave. Sin embargo, si lo que queremos es irnos a una carretera de montaña a un ritmo algo más elevado, necesitamos apurar demasiado las marchas para exprimir sus 150 caballos. Hasta las 4500 vueltas no encontramos todo el empuje que puede ofrecer el coche, si bien es cierto que es capaz de estirar casi hasta las 7000.

El chasis del coche es bastante bueno, por lo que es capaz de tener la rigidez suficiente como para no balancear en curvas y a la vez mimarnos en cada bache. A esto ayuda también una suspensión con un tarado intermedio, que no llega a ser del todo deportiva, pero que para un uso mixta es muy adecuada.

El 1.4 Turbo desarrolla 150 caballos, siendo algo perezoso en aceleraciones y recuperaciones

El cambio del coche es otro de los puntos que no nos ha gustado demasiado, faltándole algunas veces algo de precisión entre marcha y marcha, penalizado sobre todo por unos recorridos demasiado largos. Algo a lo que cuesta acostumbrarse también y que personalmente no me ha gustado es el funcionamiento del Start&Stop: al contrario que los habituales (al pisar el embrague el coche se enciende), en el Opel, el coche enciende al soltar el pie del freno, por lo que el funcionamiento es algo confuso y puede llegar a veces a pensar que hemos calado el coche. Es un funcionamiento al que probablemente nos acostumbremos si es nuestro coche, pero que en una prueba de una semana no se ha conseguido.

CONSUMOS ALGO ALTOS PARA LO QUE NOS OFRECE EL MOTOR

Opel marca como consumos oficiales para este motor 5,1 litros. Sin embargo, y como es costumbre, los consumos reales son superiores a los publicados por el fabricante. En los 1100 kilómetros que le hicimos durante la prueba, consiguió un consumo mixto de 7,9 litros. Si bien es cierto que hubo carreteras de montaña en la que el consumo se disparó, en autopista, con la sexta marcha engranada y con un crucero de 120 km/h, el consumo instantáneo marcaba nada menos que 7 litros: un consumo quizá un poco alto para un motor de 1.400 centímetros cúbicos.

CONCLUSIÓN

Opel ha conseguido quitarle el polvo a las siglas GSI de una manera muy acertada, logrando que la deportividad que el Astra ha perdido a lo largo de sus cinco generaciones, vuelva a vestir al compacto de una manera muy acertada. Lo que menos nos ha gustado del conjunto es el motor, que no ha demostrado tener la deportividad que nos insinúa el exterior del coche. Sin embargo, dentro del abanico disponible de motorizaciones, tenemos un 1.6 Turbo de 200 caballos, que sin ninguna duda, le sentaría mucho mejor.

Prueba Opel Astra 1.4 Turbo GSI-Line: La deportividad vuelve con fuerza
A favor
  • Calidad de materiales
  • Estética del paquete OPC-Line
  • Dirección con buen tacto
En contra
  • Motor muy perezoso
  • Consumo elevado
  • Sistema Start&Stop
7.2Nota Final