La pasada semana tuvimos con nosotros el Volkswagen Passat. ¿Qué podemos decir que no se sepa ya acerca de la berlina alemana? Un coche que va nada menos que por su octava generación, por lo que lo podemos considerar como una auténtica institución dentro del mundo del motor.

Las principales ventajas que tiene un coche con tantas generaciones, es que una tras otra se van perfeccionando, dependiendo de las demandas que tenga su público objetivo. Esto se ve claramente en el coche que protagoniza esta prueba: el Passat ha alcanzado un nivel de madurez muy alto, con buenos acabados, confort a raudales y una imagen discreta pero atractiva.

El corazón era nada menos que el sublime 2.0 TSI que monta también el Golf GTI, con la diferencia de que en el compacto cuenta con 10 caballos más, contando con 220 en el caso de la berlina de la marca alemana.

El acabado Sport le añade estas bonitas llantas de 18 pulgadas

DISCRECIÓN Y ATRACTIVIDAD ES SU CARTA DE PRESENTACIÓN

La imagen del Volkswagen Passat es sobria. No es un coche que levante miradas, y precisamente esa es una de sus principales virtudes, su discreción: es perfecto para quien quiera tener un gran coche pero que no quiera llamar la atención.

Ojo, con esto no queremos decir que su imagen no sea atractiva. Nuestra unidad de pruebas contaba con el acabado Sport (por encima de la Edition, Bluemotion y Advance), que le da una apariencia más deportiva, diferenciándose de los otros acabados en el paragolpes trasero, que monta unos “falsas” salidas de escape al estilo de los Mercedes (son “postureo”, pero quedan realmente bien) y sobre todo en las preciosas llantas de 18 pulgadas que monta. Éstas son lo suficientemente grandes como para que estéticamente le queden tan bien como le quedan, pero tienen el suficiente perfil como para ser cómodas y amortiguar bien los desperfectos que nos podamos encontrar en la carretera.

Los «falsos» pero bonitos escapes del acabado Sport

LA COMODIDAD COMO PIEZA CLAVE

En cuanto al diseño interior, podemos decir que pasa casi lo mismo que con el exterior. Es sobrio, pero sin duda, muy elegante. Nada más entrar en el coche destaca unas toberas del aire que son infinitas, por lo que ocupan todo el salpicadero, con un reloj analógico en el centro que le da ese toque clásico que tan bien le queda al Passat. La consola central está presidida por la pantalla táctil del sistema de infoentretenimiento de 8 pulgadas, con un diseño muy limpio que concuerda a la perfección con el resto del interior.

Nuestra unidad de pruebas llevaba acabados en madera por todo el habitáculo, que le daban una imagen muy premium. En cuanto a los asientos, iban forrados en un precioso cuero negro perforado. La comodidad que ofrecen es una auténtica maravilla, pudiendo combinar miles de combinaciones para que nuestro cuerpo este 100% recogido en ellos. Además, contaban con calefacción (paquete ergoComfort – 1025 euros), por lo que entrar por las mañanas en el coche es la sensación más parecida a estar en casa.

La comodidad que ofrece el Passat es espectacular

Los pasajeros de las plazas traseras cuentan con espacio más que de sobra, por lo que cualquier viaje en el que vayan cuatro personas se hace corto para sus ocupantes. Cuenta con mucho espacio para las piernas, un respaldo que envuelve perfectamente las espaldas y una altura al techo que hace posible que personas de más de 1.90 de altura vayan cómodos.

En cuanto a la capacidad del maletero, podemos destacar su gran amplitud, con un volumen de carga de 586 litros. Tiene una gran profundidad, aunque hay que decir que la boca de carga está demasiado alta, por lo que a la hora de cargar una maleta pesada por ejemplo, debemos levantarla mucho del suelo, algo que a nuestros riñones no les hará mucha gracia.

El espacio en las plazas traseras es propio de un segmento superior

NIVEL DE ACABADOS PREMIUM

El nivel de acabados del Passat se acerca cada vez más a las berlinas premium (Mercedes, Audi, BMW…). Nada tiene que envidiar el interior del Volkswagen a un Clase C de Mercedes por ejemplo: plásticos con un tacto exquisito, cuero muy bien rematado, madera… Algo que llamo mucho nuestra atención y que demuestra el nivel al que ha llegado Volkswagen es el retrovisor interior, que no cuenta con marcos, es decir, es todo cristal. Son detalles sí, pero los detalles son los que hacen que el comprador se decida por el Passat y no por otro.

Hablando de detalles, tanto las ventanas traseras como la luneta posterior contaban con cortinas (en el caso de la trasera eléctrica), para que ningún rayo de sol se atreva a despertar de la siesta a los inquilinos de las plazas traseras.

Quizá uno de los mayores problemas que le podemos ver a éste coche es el precio, ya que por ejemplo ésta unidad tiene un precio de casi 50.000 euros, quizá algo elevada para un coche que en teoría (aunque en la práctica si lo hace) no pertenece al segmento Premium.

La calidad de los materiales en el interior del Passat no tiene nada que envidiar a otros rivales más premium

COMPORTAMIENTO SOBRESALIENTE EN CASI CUALQUIER SITUACIÓN

Como ya hemos mencionado anteriormente, nuestra unidad montaba el motor 2.0 TSI de 4 cilindros (el mismo que el que monta el Golf GTI). En el Passat es capaz de rendir nada menos que 220 caballos, cifra más que suficiente para poder pasárnoslo bien al volante de la berlina alemana. Es un motor muy elástico, capaz de estirar hasta casi las 7000 vueltas. Algo que sorprendió muy gratamente fue la música que ofrece el propulsor cuando se le estiran las marchas, propia casi de un V6: maravilloso.

Además, contaba con el cambio automático DSG, archiconocido en el grupo VAG y con un funcionamiento sublime. Sube y baja marchas de una manera casi imperceptible, reconociendo al instante las necesidades del conductor, es decir, si pisamos el acelerador hasta la tabla, el cambio baja un par de marchas para que los 220 caballos actúen de manera instantánea. Además, cuenta con levas en el volante por si queremos poner el coche completamente manual, algo muy recomendable en carreteras de montaña por ejemplo.

El cambio automático DSG tiene un comportamiento brillante

El coche permite elegir entre cinco modos de conducción, aunque al final casi siempre utilizaremos tres (Comfort, Eco y Sport). No crean que no hay diferencia entre ellos:

El modo ECO es ideal para la ciudad. Actúa sobre todo en el cambio, haciendo que el DSG suba marchas antes de las 2000 rpm y que en cuanto levantemos el pie del acelerador el coche siga andando por la propia inercia, es decir, que desacopla el motor. Con este modo conseguimos que los consumos bajen razonablemente.

El modo Comfort será nuestro favorito en autopistas. Deja que la suspensión absorba cualquier bache que nos encontremos y permite que los ocupantes vayan en una nube. Este es sin duda el modo que más concuerda con el coche, ya que no olvidemos que el principal objetivo del Passat es que sus ocupantes vayan cómodos.

Por último, el modo Sport es el idóneo para pasarlo bien en carreteras de curvas. El DSG estira las marchas casi como lo harías tú, y la suspensión se pone mucho más rígida, haciendo que el coche no balancee en las curvas.

El Passat es capaz de hacernos disfrutar tanto en autopistas como en carreteras secundarias

Por otro lado, una opción que se antoja imprescindible a la hora de comprar un Passat, es la del “Control de Crucero Adaptativo”, que es capaz de llevar el coche (acelerar y frenar) en autopista él solo, haciendo que el conductor sólo tenga que ocuparse del volante. Una opción realmente cómoda para viajes largos.

Uno de los puntos fuertes con los que cuenta el Volkswagen Passat es que monta la plataforma MQB, como su hermano pequeño el Golf. Decimos que esto es un punto fuerte puesto que la diferencia entre llevar un Golf y un Passat es muy pequeña: la agilidad y la ligereza que tiene la berlina alemana es sorprendente para un coche de su tamaño. Además, podemos decir que la dirección con la que cuenta el Passat es muy directa, imprimiéndole un tacto muy deportivo cuando así se lo exigimos.

Por tanto, podemos decir que el coche se comporta de una manera sobresaliente en casi todos los ámbitos. Es deportivo en carreteras de montaña, una auténtica maravilla en autopistas y en ciudad, pese a no ser su hábitat natural, se muestra muy ágil.

El Passat junto a su hermano mayor, el Arteon

CONSUMOS MUY RAZONABLES TENIENDO EN CUENTA SU POTENCIA

Los consumos del Volkswagen Passat son bastante sensatos teniendo en cuenta el motor que llevamos debajo del capó. Después de hacer algo más de 1500 kilómetros con él, en los que las carreteras secundarias fueron rutas frecuentes, logró hacer una media de 8,5 litros: nada mal. En autopista podemos lograr incluso consumos que ronden los 6,5 litros, por lo que dar de beber a los 220 caballos que habitan en el vano motor no resulta excesivamente caro.

CONCLUSIÓN

En conclusión, podemos decir que el Volkswagen Passat es un coche muy completo. Tiene un gran chasis, en el que se puede combinar la deportividad con el confort sin ningún problema. El matrimonio con el motor 2.0 TSI y el cambio DSG se convierte en una de las combinaciones más recomendables dentro de la gama de la berlina de la marca alemana.

Bravo por Volkswagen, que sigue demostrando que está un paso por encima de las marcas generalistas.

Prueba Volkswagen Passat 2.0 TSI: El empollón de la clase
A favor
  • Calidad de acabados
  • Confort de marcha
  • Respuesta del motor
En contra
  • Precio
  • Poco equipamiento de serie
  • Altura de la boca de carga
8Puntuación

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