Monky Cars tuvo la oportunidad de probar el Renault Kadjar 1.6 TCe, un modelo a punto de ser renovado en el mercado debido a la adaptación necesaria al nuevo ciclo WLTP. El Kadjar se sitúa como un producto completo: práctico, con un diseño atractivo y con un comportamiento más que aceptable.

Sin embargo, y a pesar de esta buena carta de presentación, ¿Qué es lo que ha hecho que el Renault Kadjar no se haya convertido en todo un éxito de ventas, como si lo ha hecho por ejemplo su hermano pequeño, el Captur? Su problema tiene un nombre, y se llama Nissan Qashqai.

El modelo francés comparte plataforma y muchos de sus elementos con el superventas de origen japonés. Pese a ofrecer prácticamente lo mismo que su primo de ojos rasgados, el Renault no cuenta con la experiencia en el mercado con la que sí cuenta el Nissan, por lo que la marca del rombo no tiene otra opción que la de desmarcarse si quiere aumentar o por lo menos igualar en número de matriculaciones al Qashqai.

El Renault Kadjar comparte muchos elementos con el Nissan Qashqai

El Renault Kadjar comparte muchos elementos con el Nissan Qashqai

Un diseño para todos los públicos:

Con unas dimensiones exteriores de 4.449 mm de longitud, por 1.836 mm de anchura y 1.607 mm de altura, se sumerge de lleno en la lucha de los crossovers, un segmento cada vez más al alza y del que Monky Cars es ya un experto, puesto que hemos probado varios integrantes.

El diseño exterior del Renault Kadjar es discreto, no llama la atención como sí lo hacen otros modelos de la marca como el Talismán, el Koleos o el Espace. Renault buscaba otra cosa con el modelo que hemos probado: tener un coche práctico, con un diseño que no disguste a nadie y con unas dimensiones suficientes como para convertirse en el coche de la familia. Esta fórmula ha sido la utilizada por Nissan para su Qashqai y, sin duda, le ha funcionado. Sería de ser poco listo no copiarla, y los ingenieros de la marca gala no tienen un pelo de tontos, por lo que así lo han hecho.

Nuestro Renault Kadjar iba pintado en un precioso color “Rojo Deseo”, un color burdeos anaranjado por el que deberemos pagar 700 euros de sobrecoste y que, sin duda, merece la pena, ya que le sienta realmente bien.

En la parte frontal, apreciamos una calandra en forma de sonrisa comandada por el símbolo de la marca: un rombo de tamaño generoso está en el centro de ella. Como hemos dicho, la calandra tiene forma de sonrisa, por lo que, echándole imaginación, los faros están en las comisuras de la misma. Los grupos ópticos presentan unas formas redondeadas  y rasgadas que recuerdan al frontal de su hermano pequeño, el Captur. La firma lumínica que ofrecen las luces diurnas es fina y le dan una presencia elegante.

El frontal del Kadjar está presidido por el gran rombo de Renault

El frontal del Kadjar está presidido por el gran rombo de Renault

Nuestra unidad de pruebas llevaba el acabado Zen Energy, un paquete muy completo y que logramos distinguir al ver su imagen exterior por algunos aspectos. En la parte frontal, podemos apreciar la moldura metálica en la parte del labio inferior que le da un carácter de crossover que, sin duda, va totalmente en consonancia con la demanda actual del mercado. Los faros antiniebla en forma redonda terminan de rematar la parte delantera del SUV francés.

Si seguimos rodeando el coche, hay que detenerse en la parte lateral. Lo primero que nos llama la atención es el riñón ascendente por encima del paso de rueda trasero. Esta nervadura nace en el centro de la puerta trasera y asciende con una forma curvada culminando con su matrimonio con el faro trasero.

En la parte baja, nos fijamos en la moldura plástica que protege los bajos del coche y con una parte superior en acabado cromado específico del paquete Zen del coche. Otro de los elementos propios del acabado de la unidad de prueba son las bonitas llantas de 17 pulgadas que monta, que dan la sensación de ser de un tamaño mayor y que, sin duda, hacen de la estética del Renault Kadjar mucho más atractiva.

El acabado Zen Energy incorpora unas molduras de acabado metalizado

El acabado Zen Energy incorpora unas molduras de acabado metalizado

Sigamos con el repaso del coche. Nos queda la parte trasera, que cumple con las mismas premisas que el resto del diseño del Kadjar: elegancia y discreción. Nada más situarnos en esta parte, los ojos se van de nuevo al rombo de la marca que preside la parte central del portón del maletero y las siglas del modelo justo debajo.

Los faros traseros tienen un diseño horizontal y llama la atención el hueco que se forma en su interior, donde habitan las luces de intermitencia y de marcha atrás. De igual manera que el nervio lateral, uno nuevo surge por la parte trasera naciendo desde los faros y subiendo hasta casi la luneta. El paragolpes trasero es de material plástico en gran medida, aunque una moldura a modo de difusor de material metálico se ocupa de darle una apariencia más depurada y elegante.

Los faros traseros del Kadjar tienen una forma curiosa

Los faros traseros del Kadjar tienen una forma curiosa

Un interior simple, sin estridencias:

El diseño interior del Kadjar es simple, al igual que el exterior, no abre la boca a nadie pero si es elegante y funcional. En la consola central, una gran pieza plástica acoge todos los elementos que la forman. En la parte superior, reinan las dos grandes toberas del aire acondicionado en forma retangular con el botón de los warning en el centro de ellas.

Justo debajo vemos colocada la pantalla táctil del sistema de infoentretenimiento de 7 pulgadas desde la que podemos controlar el navegador, la radio o diferentes parámetros del coche (como por ejemplo los puntos que sacamos en el juego que propone Renault sobre la eficiencia en nuestra conducción).

Debajo del monitor, encontramos los mandos del climatizador bizona. Es a esta altura donde encontramos un asidero en el lado del copiloto que recuerda a algunos 4×4. El acabado es plástico, aunque imita al aluminio. La practicidad de dicho asidero es cuestionable, puesto que si obligamos a nuestro pasajero a agarrarse a ella es que vamos un tanto pasados de vueltas.

La pantalla del sistema de infoentretenimiento es de 7 pulgadas

La pantalla del sistema de infoentretenimiento es de 7 pulgadas

La palanca de cambios presenta un pomo alto y acabado en una pieza plástica que no tiene el mejor tacto del mundo, algo que luego se confirma con el tacto del propio cambio. Echando nuestra vista a detrás del pomo, encontramos el botón del freno de mano electrónico, y justo detrás, un interruptor para activar tanto el limitador de velocidad como el control de crucero (en esta ocasión no es adaptativo).

El lugar escogido por Renault para colocar este selector sin duda no es el idóneo, ya que no es nada cómodo activarlo cuando vamos por una autopista y puede llegar incluso a obligarnos a retirar la vista de la carretera durante unos valiosos segundos.  Llaman la atención las salidas de aire laterales del aire acondicionado; estas sobresalen del salpicadero y quizá quedan algo extrañas.

El puesto de conducción tiene una postura cómoda, que recoge nuestro cuerpo de una manera ideal para hacer largos viajes. El volante tiene un diámetro algo grande y tiene los botones integrados, aunque aquí viene una de las principales pegas: los mandos del sistema de audio están situadas en un dispositivo detrás del volante, algo que podemos encontrar en coches de hace ya muchos años (servidor tiene un Ford Fiesta del año 2006 y tiene los mandos exactamente en la misma posición).

El puesto de conducción es cómodo

El puesto de conducción es cómodo

En contaste a este anticuado selector, el cuadro de instrumentos tiene un diseño simple pero digital, lo que moderniza el conjunto de buena manera. Lo podemos configurar eligiendo entre varios diseños y colores diferentes.

Los asientos montados en el pack Zen de nuestra unidad de pruebas tienen un diseño que recoge muy bien la zona de los riñones, por lo que en ningún momento nos sentimos libres al dar una curva. Estos mezclan la piel negra en las partes externas con la tela en la parte central. Además, los pespuntes en color blanco le dan una imagen de buenos acabados que le sienta muy bien al Kadjar.

Calidad de materiales correcta y un equipamiento muy completo

La calidad de materiales que podemos encontrar en su interior es bastante correcta, con unos plásticos mullidos de buen tacto por todo el salplicadero. Si hay algo que nos chirría al entrar es el material en el que está hecha la consola central y donde va integrada la pantalla táctil del sistema R-Link. Esta es de un plástico duro que no nos ha gustado nada, puesto que llega incluso a crujir si hacemos presión sobre esta pieza.

Como hemos dicho anteriormente, nuestra unidad de pruebas llevaba equipado el acabado Zen Energy, que, con un precio desde 25.243 euros, lleva un equipamiento muy completo y capaz de satisfacer las necesidades de todo el mundo.

En cuanto al apartado de seguridad, este acabado trae de serie los últimos dispositivos disponibles en el mercado: alerta por cambio involuntario de carril, asistente a la frenada de emergencia, cambio automático de luces, regulador/limitador de velocidad, sensores de aparcamiento tanto delanteros como traseros, etc. En caso de querer dispositivos como el frenado de emergencia asistida o el parking manos libres, habrá que desembolsar 416 euros por el Pack Safety que Renault pone como opción.

El pack Zen Energy tiene un equipamiento de serie realmente completo

El pack Zen Energy tiene un equipamiento de serie realmente completo

Los faros Full Led que monta la versión que hemos probado proporcionan una iluminación excelente, ya que la luz azulada que estos lanzan hace que veamos la carretera de manera nítida y sin que nos canse la vista.

Opciones como el techo panorámico forman parte del Pack Visión, que tiene un suplemento de 727 euros sobre el precio. Instalarlo merece la pena, ya que el interior del Kadjar es de por sí oscuro, ayudado sobre todo por revestimiento oscuro del techo del habitáculo.

En cuanto al equipo de infoentretenimiento R-Link (de serie en el acabado Zen), tiene disponibles las opciones de conectar nuestro smartphone a través de Android Auto o, por el contrario, con su homólogo de la manzana, Apple Car Play. Como opción a pagar en este aspecto está el equipo de sonido Bose, que en caso de querer instalarlo, tendremos que desembolsar 468 euros.

Un motor completo, pero no homologado con el ciclo WLTP:

El motor que hemos probado es el 1.6 Tce, un cuatro cilindros turbo con una potencia de 165 caballos, entregando un par máximo de 240 Nm a 2.000 rpm. Este propulsor nos ha gustado, ya que ha demostrado tener potencia más que suficiente para mover los 1.451 kilogramos que pesa el SUV francés e incluso darnos alguna alegría si pegamos el pie a la tabla. La ventaja que da el turbo es que nos encontramos con un motor mucho más alegre de lo que puede ser un atmosférico. Con un 0 a 100 km/h en 9,2 segundos y unas recuperaciones que permiten hacer adelantamientos sin tener ninguna complicación en todo momento, se convierte en una opción muy recomendable a la hora de hacerse con un Kadjar.

Bien es cierto que este motor no está revisado con el último ciclo de emisiones WLTP asentado el pasado 1 de septiembre, por lo que si te interesa justo esta motorización, es el momento de ir a un concesionario de Renault e ir directamente a los coches que tienen en stock. A buen seguro tendrán unidades como la probada que ya han sido automatriculadas y que la marca se querrá “quitar de encima” con buen gusto.

El motor 1.6 Tce desarrolla una potencia de 165 caballos

El motor 1.6 Tce desarrolla una potencia de 165 caballos

Consumos propios de un motor de 165 caballos:

Si optamos por esta motorización, debemos entender que tener potencia de sobra tiene un precio a pagar, y este es el del consumo. No es algo desorbitado, pero que nadie espere que va a ser el mismo que el de un motor dci.

El consumo medio es de 7,5 litros, combinando carreteras convencionales, autopistas y ciudad. En caso de hacer un viaje largo y recorrer largas distancias a velocidades legales, los consumos nos rondarán en torno a los 6 litros. Donde más penaliza este motor es en entornos urbanos, ya que será difícil bajar de los 8 litros entre semáforo y semáforo.

El consumo medio se queda en los 7,5 litros

El consumo medio se queda en los 7,5 litros

Un comportamiento confortable ideal para viajes:

El Renault Kadjar es un coche claramente orientado a hacer viajes en familia, por lo que podemos decir que es una opción idónea para este cometido. El 1.6 TCe es muy silencioso, aunque si bien es verdad que no es el motor más suave y progresivo del mundo: empuja con decisión desde la zona baja del tacómetro, por lo que es fácil hacerle mover el cuello a los pasajeros en caso de pisar el acelerador con ganas.

Pese a esto, una vez en marcha, no percibimos vibraciones incómodas. La suspensión de Tipo McPherson en el eje delantero y tirada con elemento torsional en el eje trasero se comporta de una manera suave, absorbiendo los baches sin rechistar y sin llegar nunca al rebote. En caso de tomar una curva con ímpetu, el coche ha sorprendido positivamente, siendo los balanceos bastante escasos y dando sensación de seguridad a las ocupantes.

La dirección es bastante asistida, por lo que no da al conductor demasiado feedback. Sin embargo, para el uso que se le va a dar de manera habitual, es cómoda y no tendremos de lo que quejarnos.

El comportamiento del coche es bueno, con una dirección algo blanda pero en ningún momento peligrosa

El comportamiento del coche es bueno, con una dirección algo blanda pero en ningún momento peligrosa

Conclusión:

El Renault Kadjar 1.6 TCe nos ha gustado por su suavidad de rodadura, siendo el compañero ideal para irnos de vacaciones con toda la familia. Con una habitabilidad más que correcta y un maletero en el que caben todo tipo de bultos, es una buena opción en el mercado.

Su motor nos ha gustado también, aunque en caso de hacer mucha ciudad, es recomendable hacerse con otra opción, ya que nuestra cartera nos lo agradecerá a final de mes. En conclusión, ¿Puede el Renault Kadjar competir con su primo japonés, el Nissan Qashqai? La respuesta es un rotundo sí, puede hacerlo perfectamente por cualidades dinámicas, aunque su handicap siempre será llevar menos tiempo en el mercado que el superventas nipón.

 

 

Prueba Renault Kadjar: practicidad a la francesa
A favor
  • Prestaciones
  • Comodidad
  • Maletero
En contra
  • Consumos
  • Calidad de algunos materiales
  • Posición de algunos selectores
7.3Puntuación

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