La pasada semana el equipo de Monky Cars fue invitado a la presentación nacional del nuevo SUV de Volkswagen, el T-ROC, un mini SUV que pretende rellenar completar la gama de todocaminos de la marca alemana.
El T-ROC se sitúa justo por debajo del Volkswagen Tiguan en cuanto a tamaño, metiéndose de lleno en la lucha con el Audi Q2 o el BMW X1 por ejemplo. Para asegurarse el éxito, el hermano pequeño de los SUVs de Volkswagen toma prestados componentes del resto de la gama, por lo que el conjunto ya está más que probado.
El coche se ofrecerá en tres acabados: Advance, Advance Style y Sport, dejando la gama de precios desde los casi 24.000 euros y con una carta de extras más larga que la de un bar especializado en GinTonic.
DISEÑO FRESCO Y MODERNO
El T-ROC presenta un diseño exterior muy fresco, adaptando las características típicas de un SUV a su reducido tamaño. Mide 24 milímetros menos de largo que un Golf, sin embargo, las ventajas de estar más elevado es la ganancia en espacio respecto al compacto (el T-ROC tiene 65 litros más de maletero que el Golf).
El nuevo SUV de Volkswagen presenta un diseño de lo más rompedor, haciendo que junto al Arteon, sea el modelo más diferente de la marca. El catálogo ofrece muchísimas posibilidades de personalización, pudiendo combinar por ejemplo los colores del techo, carrocería y retrovisores (hay 11 tonalidades diferentes en la gama de colores).
Una de las señas de identidad que van a distinguir al T-ROC del resto de la gama de Volkswagen son las luces diurnas que éste tiene en el frontal, que hacen una firma lumínica similar a dos flechas enfrentadas. El paquete Sport con el que la unidad que elegimos iba equipada, añadía unos bajos de aluminio y unas salidas de escape “simuladas” como las que monta Volkswagen en algunos de sus modelos.
El punto que más nos llamó la atención del diseño exterior de nuestro coche fueron las espectaculares llantas que éste montaba. Volkswagen las denomina “SUZUKA”, y con unas dimensiones de 19 pulgadas, hacen que vayamos girando cabezas por donde pasamos. La decepción llegó cuando vimos en el manual que “no están disponibles en la oferta comercial española”, una auténtica pena. Las pinzas pintadas de rojo terminan de darle ese diseño tan atrevido y deportivo que tan buena impresión nos ha dejado.
DISEÑO INTERIOR MUY JUVENIL Y CONFIGURABLE
En cuanto al diseño interior, va completamente en consonancia al exterior. Un diseño muy juvenil y personalizable, en el que presiden una moldura que atraviesa el salpicadero de puerta a puerta y que se puede poner en el color de la carrocería del coche.
El diseño es limpio, y como mandan los cánones actuales, nada cargado. Hay pocos botones a la vista, dejando que la pantalla táctil de 8 pulgadas sea la encargada de ofrecernos todas las posiblidades de personalización que tiene el coche. Llama la atención una rueda en el túnel de transmisión que nos permite cambiar entre los diferentes modos de conducción que nos ofrece el coche (autopista, tierra, nieve y modo Sport).
Los asientos tienen un acabado bicolor, que es igualmente combinable a gusto del cliente. Nuestra unidad los llevaba rematados en negro con los bordes blancos, dándole un toque muy deportivo a todo el conjunto.
El Volkswagen Digital Cockpit se adapta también al pequeño todocamino, aportándole ese plus tecnológico que tan bien les sienta a los últimos modelos de los de Wolfsburgo. Además, el acabado Sport ofrece pedales de aluminio para remarcar otra vez la deportividad del conjunto.
LA CALIDAD DE LOS PLÁSTICOS INTERIORES ES MUY MEJORABLE
A pesar del bonito diseño que tiene el interior del T-ROC, sorprende ver que la calidad de materiales usados en piezas clave (salpicadero o paneles de las puertas) es muy mejorable. Los plásticos con tacto duro habitan por todo el interior, dándonos más la sensación de estar en un Polo que en un nuevo modelo por el que tendremos que desembolsar el doble de dinero.
Si obviamos ese importante detalle, podemos apreciar un interior bien ajustado, cómodo y que se adapta perfectamente a un uso diario, con multitud de huecos para poder vaciarnos los bolsillos.
NADA NUEVO EN SUS MOTORES
Como ya hemos dicho anteriormente, el T-ROC cogerá prestados motores ya más que probados en el resto de la gama, por lo que está claro que Volkswagen no se va pillar los dedos. El T-ROC se ofrece con cuatro motorizaciones: tres gasolina (1.0 TSI 115 caballos, 1.5 TSI 150 caballos y 2.0 TSI de 190 caballos) y un diesel (2.0 TDI de 150 caballos). El abanico de motorizaciones no es demasiado amplio pero más que suficiente. Sin duda, el motor que va a tener más reclamo va a ser el 1.5 TSI, un motor que ofrece potencia más que suficiente para hacer un viaje y se comporta muy bien en ciudad ofreciendo unos consumos muy reducidos.
Sin embargo, nuestra unidad montaba la motorización diesel, es decir, la 2.0 TDI de 150 caballos: un motor ya archiconocido en el grupo Volkswagen que se comporta de manera muy correcta en casi cualquier situación. En los casi 200 kilómetros que le hicimos al coche, tuvimos la oportunidad de probarlo en autopista, donde tiene un gran aplomo, en carreteras reviradas, donde se muestra voluntarioso y en ciudad donde también saca sin problemas las castañas del fuego. Este motor va asociado al sistema de tracción integral 4 Motion y a la sublime caja de cambios automática DSG de 7 velocidades.
En cuanto al chasis, el T-ROC se beneficia de la ultra polivalente plataforma modular MQB del grupo Volkswagen, por lo que el comportamiento es muy similar al del compacto alemán.
CONSUMOS
Los consumos que ha ofrecido el 2.0 diesel turboalimentado son muy razonables. La marca homologa 5,1 litros, aunque en nuestra toma de contacto llego a marcar medio litro más, si bien hay que decir que las pendientes en el camino fueron constantes, por lo que el consumo es muy cercano al oficial.
CONCLUSIÓN
Volkswagen ha conseguido sacar al mercado un producto muy completo y orientado al público joven. Es una buena alternativa si nos gusta el Golf pero queremos algo distinto, con un diseño más fresco y que llame la atención. Si hay que ponerle alguna pega es la calidad de materiales en el interior y el precio de una unidad bien equipada, ya que la protagonista de las fotos se pone en 40000 euros, un precio quizá algo elevado para un coche de su tamaño.
- Diseño juvenil
- Buen tamaño del maletero
- Motores muy probados
- Calidad plásticos interiores
- Llantas "SUZUKA" no disponibles en España
- Poco espacio para las piernas en las plazas traseras